Con el medicamento, Diego se sentía un superhombre, con superpoderes sexuales y super- erecciones. Sin ellas, tenía miedo de no rendir. Ya se había acostumbrado. "Cuando no tomo Viagra…", explicaba.
Casos como el suyo suceden, aunque no a diario, cada vez con más frecuencia. Todavía no aparecen en las encuestas nacionales, pero sí en la consulta con psicólogos, psiquiatras y sexólogos. Es que la forma en que los jóvenes ejercen su sexualidad viene cambiando hace tiempo y si bien no hay que encender la luz de alarma, es una realidad a la que conviene prestarle atención.
Pese a las diferencias entre el panorama que muestran las autoridades del gobierno y los médicos particulares, hay algo en lo que todos coinciden: la creciente erotización de la sociedad, que trae como consecuencia actitudes y comportamientos que sorprenden.
"En los medios, sobre todo en la televisión, hay una manera de mostrar las cosas que quizás no es la más sana ni la más formativa. Hay una erotización de todo, en la publicidad y también en programas como los de (Marcelo) Tinelli", opina la directora del Programa Nacional de Adolescencia del Ministerio de Salud Pública, Susana Grunbaum. "Si eso está habilitado en los medios, por qué no va a estar habilitado que los chiquilines tengan conductas más precoces, por ejemplo. Eso es preocupante". Si bien es común que los conceptos de sexo y juventud estén asociados a la "libertad total", Grunbaum enfatiza que la sexualidad involucra la visión que uno tiene de sí mismo y también la relación con los otros. Refiere a la identidad, el disfrute y el respeto entre los géneros.
Al hablar de jóvenes, uno de los términos que suena con más frecuencia es touch and go. Así, en inglés y sin necesidad de traducción, lo llaman los chicos, e implica una forma de relacionarse despojada de compromiso y contenido afectivo. "Como una liberación sexual sin ninguna clase de atadura", resume el psiquiatra de niños y adolescentes Miguel Ángel Cherro. "La sensación térmica dentro de mi disciplina es que ese tipo de comportamiento ha tendido a crecer en su manifestación".
El psicólogo Jorge Bafico coincide. Para él, hoy el sexo "es casi una obligación social para el adolescente". Señala que se ha impuesto la idea de "pronto para gozar", a lo que el joven muchas veces responde con "un sexo sin amor y a veces hasta sin deseo". Se da "como una especie de sexo deportivo" que contribuye "a generar relaciones sin implicación ninguna a nivel afectivo".
Antes y juntos. Al igual que en el resto de América Latina, los jóvenes uruguayos se inician sexualmente cada vez más temprano. En promedio, ellos lo hacen a los 15 años y ellas a los 16. Pero ese dato deriva en otro, quizá más significativo; que las edades del debut de chicas y chicos están cada vez más cerca. Según varios estudios, entre los 15 y los 19 años, el 75% de los varones y el 60% de las mujeres ya se había iniciado. Para el sociólogo Juan José Meré, actualmente consultor de ONUSida, "eso implica el quiebre de los tabúes provocados por la cultura patriarcal por la cual la mujer no tenía los mismos permisos sociales que los varones". Y agrega: "Es el derecho a tener una sexualidad plena y saludable a la edad que los jóvenes crean adecuada".
Sin embargo, cuando se les pregunta el motivo y con quién tuvieron su primera relación sexual, las respuestas difieren. La casi totalidad de las mujeres lo hizo con su novio (más de 80%), seguido en una ínfima minoría por un amigo o pareja ocasional. La mayor motivación fue el "amor" -casi la mitad- y sólo un tercio actuó por "atracción". En los varones, en cambio, primó la "atracción y/o deseo" (seguido de "amor" y "curiosidad") y menos de la mitad fue con la novia (40%), ocupando un lugar relevante las amigas (25%), parejas ocasionales (19%) y trabajadoras sexuales (10%). "Esta percepción diferente de con quién se iniciaron puede interpretarse como un claro resultado de las inequidades de género. El argumento femenino es que se da en una relación afectiva que es valorizada y por lo tanto más válida, mientras que los varones tienen permisos sociales de experimentar", explica Meré, quien presentó estos datos en una conferencia para el Centro de América Latina y el Caribe para la Defensa de la Mujer (Cladem) en Uruguay.
En cuanto a los anticonceptivos, el preservativo es el método "de barrera" por excelencia. "Antes era el enemigo del varón, pero ahora está erotizado y forma parte del juego sexual", asegura el sexólogo Santiago Cedrés. El consumo de pastillas anticonceptivas es cada vez más precoz y frecuente, aún cuando las chicas no tienen una relación estable.
Nueva escena. Lejos de las estadísticas está la escena más extrema de la sexualidad de los jóvenes uruguayos, que incluye estar pendientes del rendimiento, organizar competencias o maratones sexuales, consumir fármacos aún sin sufrir una disfunción, practicar sexo oral como forma de pago de favores y mayor experimentación homosexual. "Son modalidades de comportamiento que quiebran los patrones a los que estábamos acostumbrados", dice Cherro.
Es lo que los especialistas llaman sexo exprés, deportivo o touch `n go. "La sexualidad recreativa es desafectivizada. Los objetivos son otros, no es intimar en un vínculo, no es el compromiso ni la fidelidad, es experimentar cosas nuevas, vivir más al límite", explica Cedrés, en cuya consulta se encuentra cada vez con más casos de autoconsumo de Viagra y de eyaculación precoz. Según el sexólogo, uno de cada tres varones menores de 30 años sufre esta disfunción. ¿La causa? Junto a la desinformación, la ansiedad y el estrés que genera que el rendimiento sea lo primero. "Uno de las principales razones es el analfabetismo sexual, pero también influyen un cambio de comportamiento en la juventud y el creciente temor al desempeño. La mayor disponibilidad de fármacos hace que después no se animen a tener relaciones sin ellos, lo normal es tener superpoderes y eso genera un marco de referencia que no es el real", asegura.
Para Meré, una de las mayores preocupaciones es el alto número de jóvenes -mujeres y varones-, que dicen haber experimentado situaciones de violencia en su noviazgo (alrededor de 30%). Conductas de acoso, celos, control e insultos son "predictoras de otras violencias mayores", sostiene el especialista. Grunbaum coincide: "Si en el noviazgo aparecen algunas relaciones autoritarias o de violencia hay que abordarlas lo más precozmente posible".
En ese sentido, la educación es fundamental. Los amigos siguen siendo la principal fuente de información, seguidos por la familia, los docentes y "mucho más lejos", los profesionales de la salud, reconoce Grunbaum. "No hay una tradición de que estos temas se puedan plantear en una consulta", dice. "Cuando se habla de salud sexual y reproductiva siempre se piensa en la mujer, pero es importante que los varones se animen a consultar, sea por asesoramiento, preservativos o porque tienen un problema".
Como en el truco, Cherro no tiene duda cuál debe ser la principal fuente de información de los jóvenes. "La primera en casa", dice. "Un chico que se cría en un ambiente donde el manejo de los temas ligados a la sexualidad se hace de una manera llana, franca y honesta, son jóvenes que la van a encarar con otra propiedad", concluye esperanzado a sus 77 años.
Directo de: Diario El Pais.com - somos: Expresion ...IRB..
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