El vocero del PRI, Eduardo Sánchez aseveró que la reacción de Andrés Manuel López Obrador no fue algo que le sorprendiera, ya que era algo anunciado, salvo con algunos matices y diferencias al 2006.
En entrevista con Óscar Mario Beteta, dijo que el día de ayer López Obrador externó tres argumentos "que son tramposos y que no llevan a una discusión en la que se pudiera arrojar la verdad", para impugnar la elección presidencial.
El vocero priista enumeró, los argumentos de López Obrador, como que los medios de comunicación manipularon para que ganara Enrique Peña Nieto, lo cual, dijo, no tiene sustento, de manera que habría que desestimarlo.
"Ahí están los monitoreos del IFE en donde se da cuenta del comportamiento de los medios de comunicación y en donde está claro que hubo absoluta equidad por parte de los medios al tratar las candidaturas tanto de Enrique Peña Nieto como de Josefina Vázquez Mota como de Andrés Manuel López Obrador".
El segundo argumento es que el PRI rebasó con exceso los gastos de campaña, algo que se hizo más evidente en el Estado de México con millones de pesos repartidos para ganar la campaña.
"Desde la primera semana de la campaña, López Obrador esgrimió que nosotros estábamos excediendo los gastos de campaña, lo cual es poco creíble porque nadie va a pensar que mi adversario me va a prevenir, a la semana de iniciada la campaña, de que me voy a pasar en los gastos de campaña.
"Lo que haría un adversario sería esperar a que su contrincante se ponga en falta con el propósito de que sea sancionado".
Sin embargo, resaltó que el PRI no esperó a que se dieran los tiempos que señala la ley para hacer las revisiones correspondientes y le abrió sus números al IFE, quien mandó auditores a las instalaciones del partido.
Y "no hay rebase en los gastos de campaña de Enrique Peña Nieto".
Su tercer argumento, es que el PRI compró más de 1 millón de votos, de manera que no sólo califica de corruptos a los priistas, a las autoridades, a las instituciones y al IFE, sino a los mexicanos que vendieron su voto a cambio de una despensa.
Eduardo Sánchez recordó que en el 2006, la diferencia con que el presidente Felipe Calderón le ganó a López Obrador fue de alrededor de 200 mil votos, ahora, de acuerdo con el conteo, se habla de alrededor de 3 millones de votos.
Rechazó la compra de votos y que haya pruebas al respecto, por el contrario dijo, de lo que si hay evidencias contundentes es de una cena en la que gente de su campaña le pidió 6 millones de dólares a un grupo de empresarios y sus cabilderos le solicitaron al empresario Julio Villarreal 110 millones de pesos a unos días de que terminara la elección.
Abundó, sobre las presuntas cantidades millonarias de dinero que semanalmente el SME le mandaba para sostener su plantón en el Zócalo.
Además de que ahora, los mexicanos ya saben quién es y de lo que es capaz de hacer Andrés Manuel López Obrador. Resaltó sin embargo, que ahora hay instituciones sólidas y firmes.
Eduardo Sánchez aseveró que lo positivo anunciado por López Obrador, es que acudirá a las instancias legales; ya que en caso de ser desestimado "como será absolutamente predecible porque no hay prueba de algo que no sucedió", tendrá que resignarse, entender que perdió "y los mexicanos no tenemos porque padecer sus rabietas y sus frustraciones".
Reiteró que el PRI está muy comprometido con la oportunidad brindada a la nueva generación del partido para gobernar y "vamos a poner todo nuestro esfuerzo para gobernar con eficacia, con justicia, con honradez, con convicciones y que todos los mexicanos, incluido López Obrador, pueda encontrar una historia de éxito y con la plena certeza de que en este país se va a hacer cumplir la ley".
Con informacion de: Radio Formula
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