La civilización maya dominó el sur de Mesoamérica en la segunda mitad del primer milenio de nuestra era. Y aunque se origino en el periodo preclásico, fue hasta la última etapa clásica cuando alcanzo su apogeo artístico e intelectual.
Esta civilización es una de las más importantes del periodo precolombino, debido a que ninguna otra pudo igualar la variedad y la calidad de su arquitectura. Aunque la mayoría de las ruinas mayas están en México, también es cierto que existen ruinas en Honduras y Guatemala, las cuales al igual que los emplazamientos de nuestro país, conservan vestigios importantes de una cultura ancestral.
Su arquitectura se caracteriza por un sentido exquisito de la proporción y el diseño, así como por su refinamiento estructural y la sutileza de los detalles. Los mayas utilizaron la escultura más ampliamente en la decoración arquitectónica que todas las demás civilizaciones precolombinas. También construyeron caminos pavimentados que conectaban los centros administrativos y religiosos más importantes.
Ahora bien, la cultura maya creía en la trama circular de un Pasado-Presente-Futuro en el que uno daba como resultado al otro; era como una mixtura de tiempos, por tal motivo, esta civilización nos dejo profecías basadas en un conocimiento que presuntamente nos vaticina el Final de los tiempos, los cuales precisamente y de acuerdo al calendario maya ocurrirá en nuestros días.
La civilización maya se desarrollo a lo largo de los años, y de acuerdo con los libros sagrados sabemos que llegaron de un lugar lejano, que según los historiadores se trataba de las tierras bajas del Petén, en Guatemala.
La cultura maya no creo una estructura política unificada sino que formaron Ciudades-Estado con una cultura común. Las formas artísticas, los conocimientos científicos y la arquitectura monumental hicieron de los mayas el pueblo mas civilizado en muchos aspectos del continente americano.
De acuerdo con lo arqueólogos, los mayas eran robustos, de baja estatura y cabeza ancha, con ojos rasgados y oscuros.
Los mayas modificaban la forma del cráneo desde pequeños, y aunque en un principio se creía que era por cuestiones estéticas, algunas investigaciones recientes manifiestan que es porque de esa manera quedaba mas expuesta la glándula pineal activando la glándula pituitaria, con lo que les era más fácil desarrollar la clarividencia.
La cultura maya unió la ciencia y la religión, de modo que la astronomía apoyaba la astrología, que era la disciplina básica en sus creencias religiosas.
Al inicio del periodo clásico, los mayas contaban con una religión perfectamente cimentada, desarrollada a través de los siglos, a partir de consejos y practicas mágicas que deben haber caracterizado gran parte del pre-clásico.
Su importancia abarcaba todos los aspectos de la vida individual y colectiva. Diferentes niveles pueden conocerse en sus conceptos, expresados por medio de numerosas deidades.
El pueblo maya era básicamente agricultor. A un nivel elemental popular se hallaban los dioses que representaban los elementos esenciales de su vida, principalmente las fuerzas de la naturaleza y los productos más vitales.
Entre las deidades al alcance de la gran masa de la población se encontraban:
Era el dios del Sol y patrono de la música y la poesía; era hijo de Hunab Ku y estaba casado con Ixchel, la Luna. Se le considera una de las advocaciones de Itzamná o Zamná. También se le vincula con Kinich Kakmó.
Era el gobernante de los dioses, y como tal solucionaba los problemas y distribuía las tierras entre los diferentes pueblos. Los sacerdotes de sus templos recibían el nombre de Ah Kin, los del Sol y del Tiempo, y profetizaban el futuro de los hombres.
¿Que significa su nombre?
El nombre de Kinich Ahau proviene de tres palabras: Kin (Sol), Ich (rostro) y Ahau (sacerdote o señor): El señor del rostro solar.
De esta deidad se conservan:
> Una urna funeria elaborada por los mayas, a base de arcilla, realizada entre los años 600 - 900 d. C., durante el período clásico tardío mesoamericano de esta civilización.
> Estelas en las que se le representa como sol de mediodía, al igual que en el Códice de Dresde.
> Representaciones talladas en piedra junto a los templos (como en el Templo del Sol de Palenque), en códices y en vasos de cerámica.
Era diosa del amor, de la gestación, de los trabajos textiles, de la luna y la medicina. En algunas ocasiones se le representaba acompañada de un conejo. Una de sus advocaciones era considerada maléfica, y se le representó en los códices, como una mujer vieja, vaciando los odres de la cólera sobre el mundo. En textos jeroglíficos su nombre es Chak Chel (arco iris grande), en el Chilam Balam su nombre es Ix Chel (mujer arco iris).
Como se mencionó, se le representaba como una anciana vaciando un cántaro o también como a una anciana tejiendo en un telar de cintura. En su cabeza, una serpiente, y en la falda huesos formando cruces. Se le festejaba en el mes zip bajo su advocación de diosa de la medicina. Tenía cuatro manifestaciones, en cuatro colores diferentes (roja, blanca, negra y amarilla) asociadas con los cuatro rumbos del universo. Su glifo era el correspondiente al día caban.
Uno de los templos más importantes se localiza en la isla Cuzamil (Cozumel) de la provincia de Ecab. Del puerto de Pole (hoy Xcaret) partían las canoas de peregrinos hacia el templo en Cuzamil para solicitar el oráculo de esta diosa; en esta peregrinación acudían también las mujeres jóvenes para pedir en sus embarazos procrear hijos que sus esposos querían.
De Ixchel se dice que tomaba bajo su protección a los peregrinos que visitaran su isla sagrada, Cozumel.
Isla Mujeres también estaba dedicada a su culto.
Fue venerada como la diosa de la luna, por el carácter femenino de ésta. Representó la fertilidad estrechamente ligada con la tierra, ya que son los ciclos de la luna los que rigen los tiempos de siembra y cosecha. También se le asocia con la lluvia y con el dios Chaac por este mismo concepto.
Fue una importante deidad del Panteón maya, asociada al agua y sobre todo a la lluvia. Su equivalente centromexicano es Tláloc y su equivalente zapoteca es Pitao Cocijo.
Representado con una larga trompa inclinada hacia arriba, Chaac tenia mucha importancia entre el pueblo y éste lo invocaba para obtener buenas cosechas. Según los relatos, el dios que posiblemente fue introducido por influencias centromexicanas -por ejemplo, teotihuacanas- y que debia su importancia a la carencia de grandes fuentes fluviales en la península de Yucatán, moraba en las cuevas o cenotes, en definitiva, en las entradas al inframundo.
En ocasiones se le representa como cuatro dioses separados según los puntos cardinales: Chac Xib Chaac (Chaac Rojo del Este), Sac Xib Chaac (Chaac blanco del Norte) Ek Xib Chaac (Chaac negro del Oeste) y Kan Xib Chaac (Chaac amarillo del Sur). Representado comúnmente como un hombre viejo con una apariencia que asimila a un anfibio o reptil, su característica nariz larga y curva, cargando un hacha que representa el trueno o rayo. Ha sido asociado con la rana o sapo.
Hoy día se le sigue rindiendo culto ente los agricultores tal como los estudios antropológicos dejan entrever, sin embargo es bajo el nombre de Santo Tomás, esto gracias al sincretismo entre las culturas mayas y cristiana.
Fue un importante dios en la mitología maya, (K'UK'ULKAN, «pluma y serpiente»), o Mukú-leh-chan (culebra con plumas) entre los maya-chontales de Tabasco, también es conocido como Gucumatz en la mitología quiché (Q'uk'umatz, «serpiente emplumada»). Es referido con este último nombre en el Popol Vuh como un dios creador del universo junto a Tepew.
Para algunos investigadores este Dios es el mismo Quetzalcóatl (náhuatl: Quetzalcōātl, «serpiente emplumada») de los aztecas y proviene de la cultura tolteca, para otros proviene de la cultura olmeca. En todo caso su origen es muy anterior a los mayas de la Península de Yucatán y a los Itzáes, fundadores de Chichén Itzá en el siglo VI, en donde se le erigió una pirámide para señalar su descenso en el ciclo agronómico y político de los mayas peninsulares. La presencia de la serpiente emplumada como símbolo deífico es omnipresente en toda Mesoamérica.
En el yacimiento arqueológico de Chichén Itzá se le puede observar como una serpiente formada como efecto de luz y sombra que desciende por la alfarda de la escalinata principal del edificio construido para su adoración, durante la jornada equinoccial de marzo y septiembre. Fue una deidad rápidamente asimilada por la aristocracia, a pesar que se incorporó al panteón maya en una época tardía.
Kukulkán, del que hablan los arqueólogos, es la deidad que más frecuentemente aparece en los manuscritos del Códice de Dresde y otros. Tiene la nariz larga y truncada, como la de un tapir, y en él se encuentran todos y cada uno de los signos de un dios de los elementos. Camina sobre el agua, maneja antorchas ardientes y se sienta en el árbol cruciforme de los cuatro vientos que con tanta frecuencia aparece en los mitos americanos. Evidentemente es un dios del cultivo y héroe, puesto que se le ve plantando maíz, llevando herramientas y continuando un viaje, hecho que establece su conexión solar.
Según las crónicas mayas, Kukulkán, al igual que Quetzalcóatl, es el conquistador que llegó a Yucatán por el mar desde el oeste, hacia finales del siglo XI, y se convirtió en caudillo y fundador de su civilización. De la fusión de los dos mitos, Kukulkán aparece como el señor del viento y de la lluvia porque rige y gobierna la nave que le condujo a Yucatán y al pueblo que fundó.
Algunas fuentes lo escriben YUM KAAX, Señor del maíz joven, es el dios maya de la agricultura y la vida. Se le representaba como un joven con una mazorca de maíz en las 2 manos. Durante el periodo clásico se le consideró una advocación de Hunahpú (gemelo divino del Popol Vuh), quien al morir revive en la forma de Yum Kaax y comúnmente se le representó surgiendo de la tierra, imagen que narra la leyenda de "la resurrección del maíz".
Entre los mayas de Yucatán se le consideró hijo de Itzamná e Ixchel y vigilante de la selva. Según datos recogidos por el escritor yucateco Emilio Abreú Gómez "en su presencia no se puede hablar de la muerte".
En el Período Clásico, aparece personificado como un sacerdote regando granos de maíz sobre la cabeza de la Madre Tierra.
Su identidad parece haberse confundido en los últimos tiempos del Período Posclásico con la de una deidad agrícola más general, como el "Señor de los bosques" y por lo menos algunas de sus funciones fueron asumidas por el más poderoso Chaac. De igual manera que Itzamná y Chaac, era una deidad benévola, un Dios de la vida, la prosperidad y abundancia.
Diversas fuentes señalan que Itzamna era el dios supremo del panteón maya. Se creía que era creador de todo cuanto existe e imagen misma del cosmos, como lo expresa su nombre, alusivo a un mundo formado por grandes reptiles bicéfalos, uno en cada rumbo del universo.
Por sus cualidades de dios creador se le personificó como un anciano. Su residencia era celestial, y desde ahí dictaba los designios del cosmos, sentado sobre una banda astronómica, símbolo de planetas y otros cuerpos celestes que en las representaciones zoomorfas puede formar parte de su cuerpo.
Debido a su omnipresencia también se le representó de otras maneras y recibió varios nombres, según sus múltiples advocaciones.
> Como ave (Itzam Ye): simbolizaba el nivel celeste.
> Como cocodrilo (Itzam Kab Ayin), el plano terrestre;
> Itzam Na Kauil
> Entre otros.
Su imagen igualmente puede mostrar atributos de venado, serpiente, pez y jaguar, por lo que además se le asociaba con el agua, el fuego, el hálito de vida y la muerte.
Es el dios del cacao, de la guerra y benefactor de los mercaderes. Es representado con el labio inferior colgando, portando una lanza cuando representaba la guerra, y con un atado de mercadería cuando representaba a los mercaderes.
El jeroglífico de su nombre es un ojo con un aro negro. Este dios parece haber tenido un carácter doble y un tanto contradictorio; como dios de la guerra era malévolo, pero como dios de los mercaderes ambulantes era propicio. En el carácter primeramente indicado aparece con una lanza en la mano, a veces combatiendo y aun vencido por otro dios de la guerra.
Lo hemos visto ya con Ixchel, armado de jabalinas y de lanza, tomando parte en la destrucción del mundo por el agua. Como un dios favorable aparece con un fardo de mercancías sobre la espalda, semejante a un mercader ambulante, y en algún lugar se le muestra con la cabeza de Xamán Ek, dios de la estrella polar, "guía de las mercaderes".
Ek Chuah era también el patrono del cacao, y los que poseían plantaciones de este fruto celebraban una ceremonia en su honor en el mes de Muán.
Tiene por cabeza una calavera, muestra las costillas desnudas y proyecciones de la columna vertebral; si su cuerpo está cubierto de carne, ésta se ve hinchada y cubierta de círculos negros que sugieren la descomposición.
Ah Puch, la antítesis de Itzamná, tiene como él dos jeroglíficos de su nombre, y es, después de éste, la única deidad que se distingue de esta manera. El primero representa la cabeza de un cadáver con los ojos cerrados por la muerte, el segundo la cabeza del dios mismo, con la nariz truncada, mandíbulas descarnadas y como prefijo un cuchillo de pedernal para los sacrificios.
Un signo que se encuentra asociado frecuentemente al dios de la muerte es algo parecido a nuestro signo de tanto por ciento %. El dios de la muerte era la deidad patrona del día Cimí, que significa "muerte" en maya.
Ah Puch es una deidad malévola. Su figura está asociada frecuentemente con el dios de la guerra y de los sacrificios humanos, y sus constantes compañeros son el perro, el ave Moán y la lechuza, considerados como criaturas de mal agüero y de muerte.
Pero en sus expresiones más elevadas, se encontraba Hunab Ku, el sol central de la galaxia, el dador de todo.
Hunab: cosa sola o solitaria; K'u: dios (Dios Unico)
La referencia más antigua de Hunab Ku proviene del siglo XVI, del Diccionario de Motul, obra en la que es identificado como el dios único y verdadero de los pueblos de Yucatán.
También apareció el término en el Chilam Balam de Chumayel, pero no resulta conocido en ninguna fuente de escritura maya prehispánica. Hunab Ku fue durante la colonia asociado al dios creador de los indígenas mayas Zamná, a fin de hacer uso del sincretismo religioso.
REPRESENTACIÓN:
Jose Argüelles popularizó a Hunab Ku en su libro de 1987 El factor maya, Sin embargo, en lugar de usar el símbolo de Martínez, usó otro símbolo estilizado, tomado posiblemente del Códice Magliabecchiano, reproducido facsimilarmente por Zelia Nuttall en 1903 (en el indicador de arriba), y que está basado en un manuscrito colonial de origen mexica (no maya), del centro de México.
La estilización hecha por Argüelles, sin sustento arqueológico, evoca los motivos del Ying Yang o de una galaxia espiral. Este símbolo ha sido adoptado por la corriente mayanista y se ha difundido tanto que se encuentra ahora en diseños de alfombras de los artesanos del centro de México.
A pesar de las afirmaciones de Argüelles y aún de Martínez Parédez, no hay ninguna evidencia arqueológica de origen maya precolombino para documentar algún símbolo relacionado con Hunab Ku.
Los Científicos y sacerdotes dedicaban su vida al estudio y determinaban las misiones de cada integrante del pueblo, quienes lo servían, ademas de realizar tareas agrícolas.
Sin embargo, muchas de las concepciones de la religión maya no fueron exclusivas de ella, sino que formaban parte de ideas y creencias generadas en Mesoamérica. Así es como ciertas deidades son buenas, otras malas, o bien, de doble aspecto, uno favorable al hombre y el otro perjudicial.
Los mayas eran amantes de los adornos con plumas y piedras, pero como no conocian el metal esculpian en piedra.
Su principal obsesión era el tiempo, llegaron a desarrollar hasta 17 calendarios en donde los ciclos temporales les sirvieron para predecir acontecimientos y para realizar actos religiosos.
Sin embargo la civilización maya desapareció repentinamente, y aunque existen muchas hipótesis al respecto, lo cierto es que sólo de ellos tenemos sus vestigios y su profundo conocimiento que nos legaron dejándonos en sus pirámides y calendarios las claves del tiempo, que aun con nuestros avances científicos siguen siendo muchas desconocidas.
Esperamos en esta entrega, haberte cautivado con un poco de la historia de los Mayas, prepárate porque en nuestro camino hacia el Oxlajuj Baktun, te platicaremos lo importante que era el tiempo para los mayas, sus calendarios y predicciones, entre ellas, la del ya famoso "Fin del Mundo".
GRACIAS por tu lectura esperamos sigas "En Conexion", saludos amigos lectores.
Fuente base: "Sabiduría y profecías del Calendario Maya", Editorial Época S.A. de C.V. 2006
Las fuentes alternas usadas para esta redaccion, se publicarán al final del proyecto.
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